Buenos días, lectores. No sé si conocerán la infausta travesía del navío San Telmo, desaparecido en el horizonte mientras presentaba batalla a un iracundo temporal en el cabo de Hornos. Pues bien, existe evidencia al respecto que sitúa a esta nave y sus tripulantes como los primeros en pisar suelo antártico, aunque la historia no los ha tratado muy bien. Es una aventura apasionante que encontrarán en (¡oh, sorpresa!) ‘Aventuras de la Historia’ y de la que extraemos un pequeño fragmento:
«Uno de ellos es un capitán de la marina mercante inglesa llamado Robert Fildes, que entre 1820 y 1821 organizó una campaña para cazar lobos marinos en cuanto supo de la existencia del archipiélago y los pingües beneficios que le brindaría la caza de estos mamíferos. Fildes anotó en su diario que, en el lugar donde supuestamente debió de acabar el «San Telmo», encontraron restos del naufragio reciente de un barco español 171. Para algunos autores, el documento de Fildes es la fuente definitiva que confirma la sospecha de que los españoles fueron los primeros en pisar la Antártida 172.
El otro, James Weddell —un gran marino pese a no provenir de tradición marinera—, también puso el pie poco después en esta tierra tan propicia a naufragios. A su regreso a Inglaterra, escribió el libro A Voyage toward the South Pole: Performed in the Years 1822-24, donde menciona haber visto los melancólicos restos de un navío de guerra español de setenta y cuatro cañones, entre los que habla de un ancla, arboladuras, restos de velas, etcétera 173.
Quizá se pregunte usted, querido lector: si el capitán Smith estuvo allí justo después que ellos, ¿por qué no figuraba nada al respecto en sus informes, si sabemos que en los informes oficiales no está permitido mentir y que otras personas atestiguan haberlos visto? Para esto también hay una respuesta. El naufragio ya era conocido por las tierras que colindan la Patagonia, lo que alimenta las sospechas de que Smith y Bransfield, su compañero de viaje, sabían algo que pretendían ocultar. Y se ocultó, al menos hasta que en 1990, casi dos siglos más tarde, se levantó el secreto en los archivos de la Armada británica, confirmándose lo sospechado.
Smith y Bransfield no se encontraron con náufragos pero sí con los restos de los que antes hablábamos; y Smith omitió todo lo relacionado con este hallazgo 174. Algunas afirmaciones cuentan que Smith llevó a su casa un ancla del buque español para hacerse un ataúd, aspecto siniestro pero aparentemente real.»
(Valero, 2024).

171 – «If you walk over the land you will find a fine sandy beach or bay 3/4 of a mile in length in form of a crescent and called the half moon beach here was found half of an anchor stock of a 74 iron hooped and copper bolted stud sail booms and other spars were found here likewise the melancholy remnant of some poor fellows misfortune», y «This anchor stock, Capn Smith brought home to have a Coffin made of, it has been identify & found to have belonged to a Spanish 74 that was bound round Cape Horn with 1400 men against the Patriots & has never more been heard of». TNA ADM 155/143, fº47 y TNA ADM 155/143, fº48, nota a pie de página. Citado en Magallánica, Revista de Historia Moderna, Instituto de Historia, 2019 (CSIC, España).
172 – GOULD, 1941; JONES, 1975; FITTE, 1962; BERGUÑO, 1993b; BATISTA, 1992, 2001; PINOCHET, 1992; et al. Citado en «Héroes de la Antártida», de CACHO GÓMEZ, Javier (2019).
173 – «Several pieces of wreck have been seen on the western islands, and apparently of the scantling of a 74 gun ship, which makes it too probable that these are the remains of a Spanish ship of war of that rate, which has been missing since year 1818, when she was on her passage to Lima. On a beach in the principal island, which I named Smith’s Island, in honor of the discoverer, were found a quantity of seals’ bones, which appeared to have been killed some years before, probably to sustain the life of some ship- wreck crew». WEDDELL (1825): 144. Citado en Magallánica, Revista de Historia Moderna, Instituto de Historia, 2019 (CSIC, España).
174 – «Aquí fueron hallados un cepo de ancla de un barco de 74 cañones con aldaba de hierro y encabillada en cobre. Botavaras con velas aferradas y otras vergas fueron encontradas aquí, a modo de melancólicos despojos de algunos pobres individuos desafortunados […] El capitán Smith llevó a su casa el cepo del ancla para hacerse un ataúd […] el citado cepo ha sido identificado y probado que perteneció a un español de 74 cañones que fue enviado alrededor del cabo de Hornos con 1 400 hombres contra los patriotas y del cual nunca más se ha oído desde entonces». FILDES (1821), trad. E. Fitte.