A la hora de la procesar la información…

A la hora de procesar la información, para tomar decisiones y hasta para pensar, es conveniente ver objetivamente los hechos desde el raciocinio. Pero si tenemos la razón bajo el asedio de las emociones, estas pensarán y juzgarán por nosotros.

Puesto que las emociones pueden deformar la realidad en ambas direcciones y, ya que son algo que debe acompañarnos toda la vida en mayor o menor grado, debemos aceptarlas y «entrenarlas» para que trabajen a nuestro favor sin dejar que distorsionen nuestra objetividad, exprimiendo todo el potencial beneficioso que puedan tener. Cuando entramos en el terreno emocional, corremos el riesgo de ser manejados por lo visceral, no afrontando la realidad con objetividad. Pero si somos nosotros quienes aprendemos a manejar las emociones, se nos abre un abanico muy amplio de posibilidades para lidiar con el entorno. Si bien se puede partir de un estado ataráxico, tal y como planteaba Demócrito y desarrollaron posteriores corrientes, no se trata de convertirse en un ser carente de emociones, sino de comprenderlas y aprender a gestionarlas con el objeto de potenciarlas o reprimirlas cuando la circunstancia lo requiera. Para ello, inicialmente hay que reconocerlas y advertir o percatarse de cuándo estas se hacen dueñas de nuestra razón; tenemos que conocer también los procesos mentales que puedan distorsionar nuestro pensamiento con subjetivismos que nos separen de la realidad 10.

El arte de cuidar la mente (Valero, 2022)

10 – Si quisiéramos expresarlo con un símil intergaláctico, podríamos elaborar un híbrido emocional entre el oficial Spock y el capitán Kirk, ambos diametralmente opuestos en cuanto a la gestión de la lógica y las emociones, pero que forman una pareja perfecta con una gran capacidad resolutoria para los problemas. Por eso, tampoco se trata de alcanzar la anhedonia, sino de inclinar la balanza emocional a nuestro favor, siendo un poco Kirk y un poco Spock, según demanden situación y estado.