«Es importante indicar que los beneficios que conlleva mantenerse activa durante el embarazo mediante estrategias de EFa, van más allá del momento de la gestación al mejorar, en términos generales, la calidad de vida, algo que se extiende durante el posparto proporcionando mejores resultados perinatales (Aguilar et al., 2016). También sabemos que las mujeres que se encuentran en buena forma física tienen partos de menor duración, especialmente durante la segunda fase o fase de pujo (Lockey et al., 1991).
El EF durante el embarazo ha demostrado ser eficaz a la hora de prevenir la DMG, puesto que atenúa el aumento de resistencia a la insulina producido durante el embarazo (Bargiota et al., 2022), cuya intervención también puede utilizarse para ejercer un control sobre el aumento de peso colateral a la gestación, repercutiendo también en mejoras en los resultados de mujeres que ya posean DMG previo a la gravidez (Feng et al., 2015). Se han encontrado numerosos hallazgos que muestran una disminución en el número de mujeres que requieren insulina gracias a los efectos provocados por una intervención con EF (Cecatti et al., 2012). Aparte de la DMG, la práctica de EF se ha mostrado eficaz en la prevención de otros trastornos relacionados con el embarazo, tales como la hipertensión gestacional 19 y la embolia pulmonar (Andrade et al., 2022).»

19 – Se ha mostrado que la presión arterial puede normalizarse en el embarazo mediante la práctica de EF al reducir el estrés oxidativo, dando como resultado una mejora en la función endotelial (Li et al., 2022), aunque aquí se insista (y se recalque periódicamente) que dicha intervención debe ser adaptada no solo a los parámetros del embarazo sino de la mujer, haciendo uso del principio de individualización.
Acrónimos:
EFa: Ejercicio físico adaptado.
EF: Ejercicio físico.
DMG: Diabetes mellitus gestacional.