¿Hay que leer?… Pero, ¿el qué?

Hace no mucho tiempo, estuve dando el coñazo a la gente que tuvo el valor de venir a escucharme, para resaltar aspectos como aquel que reza que “hay que leer” sin matizar qué tipo de lectura, metiendo en el mismo saco a, por ejemplo, ‘El origen de las especies’ con, verbigracia, aquellos sofismas que intentan convencerte vagamente de que puedes hacer lo que desees (como la autodenominada autoayuda, los kitsch y demás obras de autores que no son exigentes con lo que escriben, ya sea porque no saben o no pueden). Alejarnos del puer aeternus y acercarnos a una versión más cultivada de nosotros mismos es algo que se consigue mediante estrategias como la lectura, porque:

“Una parte de la labor educativa es la instrucción, pero no agota la vía divulgativa, que nunca conviene limitar a la formación académica: esta debe ser la piedra angular, no la única. El pensamiento crítico nace del conocimiento y de su comprensión; y debemos ejercitarlo, sobre todo en un contexto social donde se exige más sentir que pensar, con la ideología ganándole terreno a la razón. Favorecer la adherencia a una práctica es herramienta imprescindible para que esa práctica arroje sus frutos.”

Todos tenemos obligaciones que limitan nuestro tiempo, por lo que utilizar parcelas de ocio leyendo algo que cumpla la función de divertir e instruir, se convierte en una opción sana e inteligente en la que invertir parte del tiempo libre. De ahí nace mi propuesta, ya que:

“Son muchas las grandes historias basadas en la realidad, pues no en vano la realidad es la que mayores y mejores historias cuenta. Se pretende que usted se sirva de estas líneas para encontrar una estrategia útil con la que usar su tiempo de ocio, porque ese ocio es el que me ha llevado a mí a escribir esta sucesión de historias con la intención de que usted las disfrute desde una perspectiva entretenida. Para ello, priorizo los contenidos más amenos sobre los más técnicos, no tratándose de una narrativa provocada por un efecto Rashomon, sino por un componente recreativo que le despierte una afición por la lectura o se la amplíe.”

Aventuras de la Historia (Valero, 2024)