La Guerra Fría, con su telón de acero y su constante pulso entre las dos Alemanias, dividía al mundo y desplegaba un universo de espionaje, sigilo y temor. En este escenario de sombras, Estados Unidos precisaba un enclave cercano e inexpugnable, ajeno a las miradas soviéticas, donde forjar el futuro de su tecnología militar. Allí, bajo un hermetismo absoluto, ingenieros y estrategas tejían avances decisivos, lejos de cualquier fisura de información. ¿Qué secretos y episodios ocultos se gestaron en esos dominios donde el poder y el miedo convergían?
«Para ello se elige una zona en el desierto de Nevada utilizada para pruebas nucleares (pocos querrían acercarse por allí a curiosear, aunque luego llegó a ser un lugar de culto para algunos), al objeto de crear una instalación ultrasecreta donde se desarrollara tecnología militar paralelamente al proyecto espacial. Quizá esa partición, que no se producía en la URSS, causara en parte el inicial retraso estadounidense en cuanto a logros espaciales: el transmitir públicamente sus avances en el sector, aspecto que los soviéticos llevaron en el más riguroso secreto.
La Fuerza Aérea (USAF) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidenses comenzaron a colaborar para este proyecto en un emplazamiento dentro del territorio escogido, situado en la conocida como región de Groom Lake, que también se conoce popularmente como Área 51. Un par de años previos al lanzamiento del Sputnik 1, se lanzó el proyecto Aquatone, consistente en el diseño de una aeronave que sobrevolara las líneas enemigas a suficiente altura (la CIA conocía el alcance y operatividad de los radares enemigos) como para que el espacio aéreo soviético no lo detectara, y que pudiera tomar fotografías de emplazamientos estratégicos dentro de las líneas enemigas.
De este proyecto nace el avión espía U-2, capaz de elevarse por encima de los 21 500 metros y tomar fotografías sin ser detectado. La USAF tuvo que aceptar que los pilotos de la aeronave fueran miembros de la CIA, algunos convertidos en agentes que, en caso de ser detectados, estarían vestidos de paisano y provistos de coartadas216.
El avión tampoco tendría que parecer de origen militar, para lo que se le colocaron las siglas del Comité Asesor Nacional de Aeronáutica (NACA); y se desarrolló una estrategia mediante la cual las misiones del U-2 tendrían el objetivo de estudiar los fenómenos meteorológicos producidos en capas superiores de la atmósfera217.
Este avión fue pieza clave en la crisis de los misiles cubanos…»
Aventuras de la Historia (Valero, 2025)

216 – Al igual que antes hablamos de Nino Bravo, ahora lo haremos del grupo musical U-2, puesto que recibe su nombre en honor a este avión. Se dice que es debido a que Bono, líder de dicha banda, nació en los días cercanos al derribo del avión.
217 – Poco después la NACA pasó a ser la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA.