Hablamos de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, en la que:
“Un grupo de niños procedentes de Madrid llega a la Casa de Expósitos de La Coruña tras un largo camino a través de la península, dando el relevo a otra agrupación de jovencitos a los que les esperaba un destino aún más duro y peligroso: continuar la hazaña por mar. Los niños fueron los elegidos para transportar la vacuna de una manera muy especial, pues ellos eran el recipiente 144.
La vacuna agarraba con mayor facilidad en niños, por lo que se optó como medio de transporte por esa cadena humana con chiquillos que no habían tenido contacto previo con la enfermedad, a los que se vacunaba en tandas de a dos para preservar el remedio en condiciones óptimas 145. Cada ocho o diez días se les practicaba una incisión en el hombro a dos de ellos con una lanceta, inyectándoseles la linfa proveniente de las pústulas de los inoculados, y se esperaba a que apareciese ese «acné» vacunífero que segregaba el fluido para utilizarlo antes de que se secase, llegando así el momento de vacunar a otro. Este proceso se repetía cíclicamente entre los pequeños héroes, lo que conlleva una logística y cuidados encomiables.
Una vez terminados todos los preparativos, el 1 de diciembre de 1803 parte rumbo a América la corbeta «María Pita» al mando del teniente Pedro del Barco y con una tripulación que incluía a cuatro médicos, tres enfermeros, veintidós huérfanos y una mujer a la que algunos consideran la pionera de la enfermería pediátrica española: la directora del hospicio donde vivían los huérfanos embarcados —entre ellos, su hijo adoptivo—, de nombre Isabel Zendal Gómez”.
Aventuras de la Historia (Valero, 2024)

144 – «A estos niños se les hospedará y cuidará a cargo del Erario Público, serán bien tratados, mantenidos y educados hasta que tengan ocupación o destino con que vivir conforme a su clase y devueltos a los pueblos de su naturaleza». Circular para la propagación de la Vacuna. San Ildefonso, 1-IX-1803. AGI, IG:1558-A., citado en el libro Esto no estaba en mi libro de historia de España, referenciado abajo. «Los niños serán bien tratados y devueltos a costa del Real Erario los que sean inoculados en el viaje de tierra y los que hagan la navegación serán mantenidos y educados en Indias, y colocados oportunamente conforme a su clase y aptitud», en Carta del arzobispo de Santiago de Compostela dirigida al presidente y Junta del Grande y Real Hospital de Santiago, 22-X-1803. Archivo Universitario de Santiago de Compostela, fondos del Archivo Eclesiástico del Hospital Provincial de Santiago, Sección: General 785, Legajo 20. «En quanto al destino de los Niños Españoles a su arribo á América y concluidas sus Bacunaciones me parece más preferible regresarles á España en el primer Buque que se presente de la Real Armada y podrán ser más felices si la piedad del Rey les señala cinco ó seis Reales diarios hasta que lleguen a ser aptos para ser empleados, que no el dejarlos en América al cuidado de los Virreyes para que les facilite su educación y mantenimiento á espensas de S.M. porque además de costarle quatro veces mas no lograrían jamas buena educación, en unos payses tan abundantes de Vicios y en donde la incauta juventud se pierde con mucha facilidad» , Carta de Balmis al ministro de Gracia y Justicia D. José Caballero. Madrid (2-VII-1803), f. 5v.-6. AGI, IG:1558-A.
155 – Otros métodos anteriormente usados no demostraron la efectividad requerida, por lo que, de no haber sido por esta metodología que —permítame el juego de palabras— levantaría ampollas hoy en día, la vacuna habría llegado sin actividad biológica suficiente, por lo que no supondría un remedio eficaz (como se verificó en múltiples ocasiones). De esta manera aseguraron la viabilidad del virus y su respuesta inmunológica; y consiguieron mantener la vacuna activa y en perfecto estado, embarcando en cada destino diferentes niños. A veces, como apuntaba el filósofo Gustavo Bueno, tenemos que distinguir entre ética y moral si queremos realmente hacer lo mejor. Ahora tenemos de moda a gran parte de la mesnada política y mediática prometiendo progreso y soluciones mientras promueven ideas y cometen actos que nos condenan, funcionando como un oxímoron de su discurso, y es que la política no se debe subordinar a la ética.